Buenos Aires, 1-5-2013
CTEP - Consejo Promotor
El primero de mayo es un día de lucha por los derechos del trabajador en todo el mundo. Nación de nuestros mártires obreros, cuando la explotación capitalista castigaba salvajemente a la naciente clase trabajadora mientras el Capital arrasaba con todo: la tierra, la cultura, la vida y la dignidad. Fueron los trabajadores los que finalmente le hicieron frente y su lucha permitió conquistar derechos. En nuestro país, el movimiento obrero, de la mano de Perón y Evita, llegó a construir una Argentina donde ni el más pobre estaba debajo de un piso de derechos: salario digno, jornadas de 8 horas, aguinaldo, vacaciones, deporte, salud y la educación, turismo social, vivienda popular, jubilaciones dignas, convenios colectivos, paritarias y sindicatos que nos protejan.
El Capital no pudo soportar la felicidad de nuestro Pueblo y nos robó los derechos, prohibiendo que los trabajadores voten durante casi 20 años. Nuestro pueblo resistió a los militares, al Capital y también a los sindicalistas traidores, pero algo le faltaba, le faltaba una herramienta. Entonces, fundó la CGT de Los Argentinos que puso las bases de un gran programa de liberación nacional y social. Hace 45 años, un 1ero de Mayo, la CGT de los Argentinos denunció la entrega de la economía nacional a los monopolios, la situación insoportable de los trabajadores y el carácter inhumano del capitalismo. Afirmó que "el trabajo constituye una prolongación de la persona humana”, que no tiene precio y que las estructuras que ponen la propiedad privada, la ganancia, la productividad, el consumismo por encima de los hombres, no es humana, ni cristiana ni justa.
Sobre esas estructuras injustas, la CGT de los Argentinos decía un día como hoy que “Los trabajadores de nuestra patria, compenetrados del mensaje evangélico de que los bienes no son propiedad de los hombres sino que los hombres deben administrarlos para que satisfagan las necesidades comunes, proclamamos la necesidad de remover a fondo aquellas estructuras” y sentaba las bases de un programa de siete puntos para la superación del capitalismo que sigue vigente:
•La propiedad sólo debe existir en función social.
•Los trabajadores, auténticos creadores del patrimonio nacional, tenemos derecho a intervenir no sólo en la producción, sino en la administración de las empresas y la distribución de los bienes.
•Los sectores básicos de la economía pertenecen a la Nación. El comercio exterior, los bancos, el petróleo, la electricidad, la siderurgia y los frigoríficos deben ser nacionalizados.
•Los compromisos financieros firmados a espaldas del pueblo no pueden ser reconocidos.
•Los monopolios que arruinan nuestra industria y que durante largos años nos han estado despojando, deben ser expulsados sin compensación de ninguna especie. •Solo una profunda reforma agraria, con las expropiaciones que ella requiera, puede efectivizar el postulado de que la tierra es de quien la trabaja.
•Los hijos de obreros tienen los mismos derechos a todos los niveles de la educación que hoy gozan solamente los miembros de las clases privilegiadas Cuando después de años de lucha, sangre y sacrificio, parecía que, con la vuelta de Perón, estos sueños se harían realidad, los capitalistas nos dividieron como Pueblo y nos robaron todo a punta de fusil, nos torturaron, nos desaparecieron. El neoliberalismo, que en Argentina comienza con el golpe militar de 1976, destruyó nuestra dignidad como Pueblo y solo una parte de nosotros mantuvo los derechos; los demás caímos al infierno de la exclusión.
Pero de nuevo nos levantamos. Luchamos en los piquetes, en las ocupaciones de tierras y fábricas, en las asambleas y movilizaciones, y en 2001 derrotamos el neoliberalismo. A partir de 2003, recuperamos la posibilidad de tener un trabajo, salimos del hambre y llenamos la olla, la Argentina volvió a “crecer”; también recuperamos derechos como la asignación universal por hijo, la ampliación de la cobertura previsional para todos nuestros abuelos, programas masivos de empleo y el monotributo social;
Pero nuestro Pueblo sabe bien que, a pesar de todos los avances de los últimos años, lejos estamos de vivir en una Patria Justa, Libre y Soberana. Hay algo que falta.
Somos los que frente a la miseria nos fuimos inventando algún laburo en la villa, en el barrio, en la calle, en el pedacito de tierra que nos dejaron, en la fábrica que recuperamos, en la feria o la cooperativa; somos los cinco millones de trabajadores argentinos que no tenemos derechos laborales, que sobrevivimos hacinados en las barriadas populares, que no somos tenidos en cuenta en las grandes decisiones nacionales; somos lo que falta.
· Somos lo que falta porque no hay independencia económica si la economía de mercado sigue manejando los hilos de la economía y excluyendo a millones de argentinos de la dignidad, si no vamos a fondo contra la oligarquía, los monopolios y las multinacionales por la distribución de la riqueza. · Somos lo que falta porque no hay soberanía política sin un millón de familias campesinas en nuestro maravilloso territorio patrio para alimentar a los 40 millones de argentinos con productos sanos a precios populares.
· Somos lo que falta porque sabemos que no hay justicia social si todos los trabajadores no tenemos poder ni derechos, porque esta justicia no va a caer como maná del cielo, porque no hay justicia social sin poder popular. Esta Confederación reafirma hoy primero de mayo la consigna de la CGT de los Argentinos: sólo el Pueblo salvará al Pueblo. Y el Pueblo, los más humildes, acá reunido, en esta maravillosa concentración, de los que el poder económico quiere hacernos creer que estamos demás, les decimos: ¡acá ninguno sobra: somos lo que falta! Y que lo escuchen.