Predio recuperado



Para que el sentimiento de justicia supere las injusticias hace falta trabajo, tesón y esperanza. Detrás de noches infinitas de arduo trajinar empujando un carro a paso de hombre, de cortes de puentes para reclamar derechos y de múltiples aprietes policiales por coimas para entrar a la ciudad a recolectar residuos, el Movimiento de Trabajadores Excluidos de Lanús (MTE) es, además de un testigo directo de la contaminación ambiental a la vera del Riachuelo, el principal promotor de la recuperación de un terreno baldío que había sido otorgado por la última dictadura militar a la Asociación de Curtidores de la provincia de Buenos Aires (ACUBA).
Diego López y Silvana González, trabajadores del MTE Lanús, son dos de los protagonistas de esta gesta singular. “En el 2007 hicimos un mapeo de la zona y saltó que ese terreno de una hectárea y media estaba siendo usurpado por la Curtiembre Gaita, una de las más conocidas del país –recuerda Diego–. Averiguamos y supimos que los de ACUBA se adueñaron de estas tierras que no les correspondían. Ellos pagaban abogados para sostener el engaño mientras que nosotros resistíamos los desalojos. Tras muchos años sin ser oídos, el año pasado el municipio de Lanús, a través de la diputada provincial Karina Nazabal (FpV), atendió nuestro reclamo. Necesitábamos que tuvieran conocimiento de que esas tierras nos hacían falta”.
A su lado, Silvana da cuenta del logro obtenido junto a sus compañeros de lucha: “Recuperamos una hectárea y media. Decían que esas tierras le pertenecían a Gaita y resultó que eran tierras estatales que habían quedado a cargo de la Comisión Nacional de Tierras para el Hábitat Social, del Programa Padre Carlos Mugica”, argumenta.
La meta alcanzada es la entrega del predio y un plan de trabajo en conjunto entre el municipio y el MTE a fin de crear un ECO Punto: centro de acopio y reciclado de lo que recolectan día tras días unos 500 trabajadores en sus carros. El MTE ya hizo los primeros arreglos rellenando el terreno, que custodian las veinticuatro horas por miedo a las acciones que puedan tomar desde la curtiembre. Construir una planta de reciclaje para separar el material más algunos procesos industriales para darle valor agregado es una de las principales metas. “Además de separar la basura queremos que los plásticos molidos puedan ser utilizados en la industria, lo que bajaría enormemente los costos. La idea es que funcione de la mano de la gente que está en la calle. Que los cartoneros puedan ser socios de la cooperativa y que participen de las utilidades que dé esa cooperativa”, avisa López. Donde antes había contaminación para muchos y riquezas para pocos hoy se abre otra realidad, fruto de la justicia y el trabajo social.

Via: veintitres Imprimir artículo

0 comentarios:

Publicar un comentario