Federico Ugo, columnista del diario digital Tiempo Argentino, realizó una excelente nota sobre la economía popular; por eso aquí la compartimos con ustedes.
La Economía Popular, Social y Solidaria avanza con el esfuerzo de millones de trabajadores que buscan consolidar lo que han logrado y encontrar los canales de superación en el actual proceso de inclusión.
Mientras la agenda de las corporaciones marca las demandas de influyentes minorías (como el precio del dólar, la suba del mínimo no imponible), e intenta instalarlas como el interés de las mayorías, la Economía Popular, Social y Solidaria (EPSyS), intenta avanzar con la pelea y el esfuerzo de millones de trabajadores en todo el país que buscan consolidar lo que han logrado hasta ahora y encontrar además, los canales de superación en el actual proceso de inclusión que vive la Argentina.
¿De qué hablamos cuando hablamos de EPSyS? Son los trabajadores desocupados de los ’90, los excluidos por el neoliberalismo, los que tuvieron que inventarse el trabajo primero con ollas populares donde compartir el hambre, luego en el trueque solidario y los microemprendimientos. Más tarde, ocuparon fábricas que vaciaban los patrones. Salieron a parar la olla y el changuito lo llenaban de cartón en vez de mercadería, cortaron rutas por planes sociales; a veces sin salida sufrían la esclavitud en talleres de producción agachando la cabeza.
Desde el año 2000 para acá, este sector se organizó, se desarrolló y ha conseguido algunos triunfos. De alguna manera ha encontrado en el cooperativismo de trabajo el paraguas para ser reconocidos por el Estado. Dos ricas e históricas experiencias definen la necesidad de superación de la EPSyS. Por un lado, la tradición cooperativista de nuestro país, con un importante desarrollo, que tiene más de un siglo de existencia y surgió ante la necesidad de comunidades de acceder a servicios básicos como la electricidad o el agua y mejoras en su calidad de vida. Por otro lado, el peronismo como expresión máxima hasta la actualidad, de reconocimiento de los derechos sociales y laborales para las mayorías populares.
Desde el año 2003, el gobierno nacional comenzó a generar políticas que surgieron de las demandas de la EPSyS. Un ejemplo es la nueva Ley de Concursos y Quiebras que prioriza el derecho de los trabajadores de las fábricas vaciadas y recuperadas; otro es el programa Argentina Trabaja que incorporó y organizó en cooperativas de trabajo de infraestructura social a más de 150 mil trabajadores desocupados; además se intensificó la pelea contra el trabajo en negro en rubros como el rural y el textil; se promocionaron las asociaciones de pequeños productores y se mejoraron condiciones para que quienes cartonean puedan organizarse y también reciclar lo que juntan de manera asociativa.
Un modelo económico que genera más de 5 millones de empleos registrados, sin duda permite que el sector de la EPSyS pueda avanzar aunque más lento, pues es el sector más débil y postergado, el de segunda o tercera velocidad.
¿Cuáles son sus características? No tiene una alta rentabilidad, ni usa tecnología de punta en su producción, ni produce en grandes cantidades. Pero tiene una característica positiva: permite que vivan de su trabajo millones de argentinos que sin la oportunidad en esta economía, seguirían siendo excluidos del mercado formal.
Como dijimos, a la EPSyS la componen principalmente aquellos trabajadores que hace diez o 15 años estaban desocupados. Hoy reciben un ingreso que complementan con programas de inclusión como la Asignación Universal, pero existe el desafío de volver a pegar un salto superador en su calidad de vida: que el trabajo actual que tienen en condiciones precarias pueda conseguir los derechos laborales que corresponden a cualquier trabajador en situación de formalidad.
Desde el Estado, quienes tenemos responsabilidad de gestión, debemos pensar y ejecutar las mejores políticas públicas que vean de manera estratégica la inclusión y el desarrollo de la EPSyS, para la cual necesitamos nuevas herramientas institucionales que la piensen, la entiendan y le den respuesta.
La EPSyS no demanda miles de millones de pesos para crear puestos de trabajo en comparación a las grandes empresas. Con muchos millones menos pueden generar miles de oportunidades para los trabajadores.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner conduce un proceso de transformaciones políticas y económicas que implican también cambios normativos y en la estructura del Estado; con el objetivo de revertir en cada acción las desigualdades heredadas del neoliberalismo y recuperar derechos perdidos por los argentinos.
Hay mucho por hacer por esta EPSyS para que pueda superarse y en vez de consolidar su precariedad, pueda avanzar en su dignidad. En el camino de profundización del actual Proyecto Nacional está la oportunidad para la EPSyS.
Vía: Tiempo Argentino
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