EL DESAFIO DE LA ECONOMIA POPULAR DE LA PALABRAS A LOS HECOS


   Hoy en día   en los países desarrollados, donde se deteriora el Estado de bienestar para satisfacer planes de ajustes antipopulares decir desde la argentina que la economía popular es posible; parecería extraño, plantear no solo el desarrollo de manera sustentable de los principios básicos de un programa de empleo que contenga  parte de la población necesitada de un trabajo digno, sino  también ir construyendo una organización la cual lo represente y además tenga la vocación de pertenecer a la  Confederación General del Trabajo, podría parecer, una utopía.  Sin embargo, pocos economistas lo reconocen, y cuando lo social se toma en cuenta, se considera como secundario en relación con las finalidades económicas. 
   Si bien en el mundo occidental, se pueden identificar dos grandes tradiciones de economía social. Una tradición social-cristiana, llamada también solidaria, influenciada por la encíclica  Rerum Novarum, sensible al enorme costo humano de la revolución industrial y que privilegia las dimensiones sociales y morales, y una tradición socialista, centrada en la capacidad de auto-organización de la clase obrera. Nuestro camino nace como consecuencia de la crisis del sistema neoliberal en la Argentina y esto lo hace una experiencia  propia de nuestro pueblo, construida con más de diez años de esfuerzo y sacrificio, en donde hubieron éxitos y fracaso, pero lo que nunca fuimos, ni seremos es caballo de Troya de ninguna idea foránea, y mucho menos iríamos contra el modelo sindical argentino como sostienen algún confundido que poco conoce del trabajo de  nuestras organizaciones.
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