El pasado lunes 16 de Enero, un grupo de compañeros recicladores colombianos se concentró en la Plaza de Bolívar, plaza principal de Colombia, con unas 350 carretas de caballo y unos 1.200 recicladores, para defender su derecho al trabajo y a una salida digna, negociada y apropiada a las necesidades del sector, para poder admitir el reemplazo del sistema tradicional de transporte y reciclaje, y contra el cumplimiento del decreto 1666, que ordena sustituir las carretas movidas por caballos por vehículos automotores en todo el país, a partir del próximo 31 de Enero.
El director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional colombiana, José Stalin Rojas, expresó que "el problema principal es que en Bogotá no se les ofrecen garantías laborales a los carreteros"; mientras que la secretaria de ambiente de la capital colombiana, Ana Milena Joyas, afirmó que se han creado cooperativas y planes de financiación bancaria para microemprendimientos, para llevar a cabo el proceso de sustitución de manera exitosa.
Ahora bien, la alcaldía, sin contar que en general cada carreta es la fuente de trabajo de 2 o3 familias, pretende cambiar cada caballo por un vehículo motorizado pequeño, que obviamente no puede cargar la misma cantidad de material; sin olvidar el hecho de que los motocarros por ser mecánicos tienen más gastos de mantenimiento, como el combustible y las reparaciones, de los que se deberán hacer cargo los trabajadores.
Una vez más vemos como el supuesto progreso pone en riesgo la fuente de trabajo de miles de familias.
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Una vez más vemos como el supuesto progreso pone en riesgo la fuente de trabajo de miles de familias.
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